miércoles, 11 de enero de 2012

En clase

Tras la vuelta al "cole", y durante la clase de literatura infantil, tuvimos que hacer un par de relatos breves escritos en unos pocos minutos, para desarrollar la imaginación.
El primero de ellos partía de esta idea: "Estamos comiendo en familia y el abuelo se convierte en gato", el segundo tenía que incluir una serie de palabras (sustantivos, verbos y adjetivos) que nosotros mismos habíamos escrito en pedazos de papel y que el profesor fue dictando, el orden que usó al dictar las palabras era el orden en que teníamos que incluirlas en el relato.

Así pues, aqui os dejo mis 2 historias:


1- Año tras año la familia se reunía para celebrar el cumpleaños de Antonio, el único nieto de la familia. Antonio tenía ya siete años y, esta vez, su extraño abuelo le hizo un regalo de esos tan raros que solía hacerle, ¡una lata de sardinas!, en otras ocasiones se había lucido regalándole cartones de leche o, incluso, algún juguete con forma de ratón.
La familia siempre le decía a Antonio que no se lo tuviera en cuenta, el abuelo ya era muy mayor y no sabía lo que hacía; pero, en realidad, lo que no sabían era que el abuelo era el último miembro de una antigua dinastía, la dinastía de los gatos, así que este, harto ya de sus hijos, de sus hijas, del nieto y hasta del perro, decidió, en medio de la comida del cumpleaños de Antonio, transformarse en lo que realmente era, en un gato.
De esta forma los dejó a todos con la boca abierta y se fue a disfrutar de sus placeres de gato: las sardinas, la leche y los juguetes con forma de ratón.





2- La piedra estaba tan deprimida que se dejó caer en la cama, quería tener un pelo brillante, pero por mucho que comiera mariposas alegres no lo conseguía.
Soñó que encontraba un garbanzo guapo que le decía que tenía que sorprender a la bruja y robarle su cadena grande, reírse de ella subido en la mesa, ser amable, disculparse y después saltar a la silla y decir "¡Tormentoso!" para, al rato, volar sobre el gato alegre y beber el vino de la comida que había preparada, que era mágico.
Al despertar leyó en un libro con forma de reloj feliz que lo que tenía que hacer era amar a un pez curioso, correr detrás de una serpiente y saltar por encima de ella. Esa era la forma de conseguir un pelo brillante de verdad.

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